Peter Schreyer ha transformado KIA y ahora planea hacer lo mismo para Hyundai.
Cualquier persona que alguna vez haya dudado que los nuevos y grandiosos diseños pueden disparar las ventas de autos existentes necesita estudiar las hazañas extraordinarias de Peter Schreyer, ganador del premio anual en innovación para este año de Autocar, Premio Sturmey.
Hace una década, Schreyer, quien era para entonces el exitoso jefe de diseño de Volkswagen, sorprendió al mundo automotriz con su inesperada movida a KIA; con instrucciones generales de mejorar la apariencia y funcionalidad de sus autos replanteando por completo su diseño.
En aquel entonces, KIA estaba haciendo modelos honestos, pero poco estilizados, que casi nunca salían mal, pero se vendían lentamente porque los compradores optaban por marcas más llamativas. Después de una extensa investigación, los famosos y cautelosos jefes de KIA decidieron que había una oportunidad para replantear la compañia como una empresa de «diseño» por lo que se dispusieron a atraer a los mejores talentos que pudieron encontrar.
En los primeros años, mientras que Schreyer tomaba vuelo, las cifras de ventas de KIA mejoraron constantemente en la medida que iban llegando, sin mayor esfuerzo, mejores modelos de auto. Pero la llegada del primer modelo totalmente diseñado por Schreyer, KIA Sportage tercera generación 2010, creó una ola de interés sin precedentes.
La demanda por el nuevo auto, tan admirado por su nuevo toque de practicidad moderna como por su estilo llamativo, golpeó instantáneamente la estratosfera. Los compradores de repente no se preocuparon por la marca; sólo querían una SUV familiar que luciera tan bien como ésta. El modelo registró un récord en ventas mundiales de 433.000 en 2014; más del doble que de los 190.600 que su predecesor había registrado cinco años antes.
Desde entonces, el éxito ha continuado sin detenerse a través de la gama de KIA con su modelo Sportage 4, el cual presenta incluso mejores niveles de ventas. Hoy en día, KIA cuenta con una de las mejores líneas de autos de diseño; su único impedimento es la imagen de marca y aun así, sigue mejorando cada vez más.
Schreyer ha pagado muy bien la fe de su cauteloso empleador. En 2012, seis años después de su llegada a Corea, el jefe de diseño fue nombrado como uno de los tres presidentes de KIA, desde entonces se le ha dado autoridad sobre Hyundai, el mayor socio de KIA, porque la administración cree que también necesita mejoras que no representarán amenaza alguna para la compañía.
Para hablar de los detalles de su éxito, nos reunimos en la Klassikstadt de Frankfurt, una antigua fábrica de hierro cerca de la sede de KIA en Europa, porque a Schreyer le encantan los autos clásicos (ha sido propietario de un Pininfarina Araña de Fiat durante muchos años y acaba de vender un Jaguar E-Type) y toma influencia de ellos de maneras sutiles. Su familia todavía está en Alemania, pero actualmente se encuentra radicado por completo en Corea, constantemente esta de viaje, visita otros puestos de diseño de KIA docenas de veces al año.
«Ir a Corea fue una gran decisión», dice Schreyer, hablando en un estilo pensativo e imperturbable que apenas comunica cualquier riesgo, «aunque con el paso del tiempo, olvidé los detalles. No tenía idea de lo que hacían los coreanos porque estaba completamente centrado en el trabajo, que parecía el centro del universo. Con lo que supongo que podrías llamar mi arrogancia alemana, realmente no consideraba lo que hacían como competencia”.
La llamada salió de la nada, dice Schreyer. A menudo había tenido propuestas en el teléfono antes, pero esta era interesante porque era totalmente inusual.
«Fue tentador porque sólo uno de los vehículos de KIA me ha llamado la atención, la vieja Sorento, que me pareció bastante buena», dice Schreyer. «Me preguntaba cuál era el sistema que había producido eso. Así que fui a Corea y conocimos a la gerencia. Su cultura es completamente diferente de la nuestra, yo nunca había estado en Corea antes, pero muy pronto sentí una afinidad, una confianza. Lograron hacerme sentir que era sólo a mí a quien querían”.
Schreyer formó un estrecho vínculo con E S Chung, quien era entonces el joven jefe de KIA (a mediados de los 30) hoy en día el heredero del grupo KIA, sigue siendo tan fuerte como siempre. «El Sr. Chung me dijo que KIA sabía cómo manufacturar buenos autos, pero era consiente de que su punto débil era el diseño. Sonó como un desafío emocionante así que me decidí» dice Schreyer. La vida en KIA no ha cambiado mucho a Schreyer. Su famoso estado de calma sigue inalterado y el diseñador todavía favorece los trajes negros y las gafas de Philippe Starck con marco oscuro. Pero los tiempos han cambiado para los coreanos. «Acabo de intervenir», dice. «Después de un año o dos, el Sr. Chung comentó que sentía que había cambiado la cultura de la compañía. Eso fue una sorpresa. Yo estaba haciendo cosas que algunos de nosotros aprendimos hace años en Audi, donde muchos de nosotros estábamos influenciados por el gran Harmut Warkuss”.
Para el observador, Schreyer parece hoy en día tener autoridad suprema sobre la dirección del diseño KIA, diseñando perfiles inconfundibles para los modelos Sportage y Optima, además de la elegante e instantáneamente reconocible parrilla «nariz de tigre», que va en cada auto. Quiere mantener eso como la única firma frontal de KIA, tan avanzada para el que quiera mirar. Pero tiene que ser persuasivo sobre eso, porque la mentalidad coreana es siempre querer algo totalmente nuevo y conservar poco del pasado. Es por eso que anteriormente los diferentes modelos de KIA tenían poca relación visual entre sí.
«Para mí, es vital preservar el panorama general de la marca», dice Schreyer. «La nariz de tigre lo hace, quiero seguir haciéndolo de esa forma, así como BMW lo hace con su rejilla de riñón. Para lograr destacar una marca, tienes que diferenciarla de las marcas sin nombre, que es la forma en que podría haber sido categorizado KIA hace unos años”.
«Lo maravilloso de la nariz de tigre es que los principios permiten una gran diferenciación. Mientras tenga esos dientes en el medio, se puede hacer más alto, más bajo, más ancho, o lo que se desee. Y eso es lo que haremos.»